- After her son goes missing, a broken mother returns months later to the island of El Hierro to identify a body. She finds out her son is not the only one missing.
- Una madre llamada Julia (Miriam Correa) va conduciendo de noche a toda pastilla. Su hijo Mateo está sentado en el asiento del copiloto y la madre intenta ponerle el cinturón de seguridad con el coche en marcha, por el que el coche acaba saliéndose de la carretera. La madre queda herida, y su hijo Mateo (Hugo Arbues) ha desaparecido.
María (Elena Anaya) trabaja en el acuario y empieza hoy sus vacaciones. Su hijo Diego Vara (Kaiet Rodríguez) la espera fuera. Su compañera de trabajo Laura (Bea Segura) está deseando que se vaya.
María y Diego cogen el ferry para visitar la isla de El Hierro. Ella insiste en que el se ponga un chaleco salvavidas, pero en un momento en que María se duerme, Diego desaparece. Empiezan los nervios, pregunta a todo el mundo, pero no hay ningún rastro de él, y la única cosa rara en la cubierta es un pájaro muerto.
María no es capaz de readaptarse a su vida sin Diego. Le coge fobia al agua. Su compañera de trabajo le dice que se tome las cosas con calma. María ni duerme ni es capaz de concentrarse, por lo que tiene que dejar el trabajo por una temporada. Su compañera de trabajo le dice que se tome las cosas con calma, pero María no mejora, y las pastillas no la ayudan gran cosa. De hecho, le coge fobia al agua, y cuando está a punto de tirarse a la piscina se queda petrificada y no se atreve. Más tarde, en su propia casa, mientras se toma una ducha, empieza a sangrar sin haberse golpeado contra nada; se desmaya y está a punto de ahogarse, aunque en el último segundo se despierta.
Llaman a María tres años después para que vaya a identificar a un cadáver, pero María afirma que no es Diego. Laura la acompaña. La policía y el médico forense (Jon Ariño) están tan seguros de que es Diego, que piden a María que espere al lunes para hacerse una prueba de ADN. Laura acompaña a María durante todo el proceso, con su propio bebé a cuestas.
María, Laura y el bebé se alojan en un hotel bastante cutre de cuyos grifos no sale agua. El bebé tiene fiebre y María no puede dormir. Oye ruidos en el pasillo y mira por la mirilla. Ve una niña un poco extraña (Miriam Martín).
Laura y María deciden alquilar un coche para entretenerse durante ese fin de semana. El propio dueño del hotel les alquila uno, les da un mapa y consejos sobre las playas, las gasolineras en la isla, etc... Por fin María vuelve a atreverse a meterse en el agua y después de titubear, nada e incluso bucea.
Una vez fuera, mojada sobre la gravilla negra de la playa, una sombra extraña cubre a María. Extrañada, va a mirar que pasa. Un perro está ladrando a un niño. Ella piensa que ese niño es Diego y se desmaya sin decir nada. Varias horas después, está empezando a anochecer, la marea ha subido y una ola despierta a María. Ella da vueltas por la playa ya vestida, y se siente como cuando acababa de perder a su hijo.
Saliendo de la playa llega junto a una autocarabana y se pone a mirar quién o qué hay dentro. En ese momento aparece Laura con una bolsa de la compra, asustándola. Las dos amigas se van juntas. Cuando se van, Laura nota que María está rara, pero ella responde que no es nada, aunque una bandada de cuervos negros - como el que vio muerto en el ferry - la inquietan. María ni siquiera se atreve a ducharse al llegar al hotel.
María acompaña a Laura al ferry para que se vaya. Le dice que sola estará mejor. Allí, a María le parece ver a la niña. Ésta está correteando por allí y entra en una autocaravana. Cuando María vuelve al sitio de la autocaravana en la playa, sólo quedan unas sillas viejas y algo de basura de recuerdo. María le pregunta al dueño del hotel dónde hay un camping de autocaravanas en la isla. Va a preguntar al único camping pero el encargado (Pepe González Rubio) le dice que ninguna ha entrado o salido en la última semana, pero que todas las caravanas acaban pasando por allí porque es el único sitio donde se pueden conseguir bombonas de gas.
María recorre el sitio, que es un poco inquietante: una está quemada, la poca gente que hay es muy extraña. Allí ve un viejo cartel anunciando la desparición de su hijo. Debajo, encuentra el cartel de Mateo. Llama a la madre, que ahora está en una silla de ruedas. Julia dice que alguien tuvo que secuestrar a su hijo.
María intenta hablar con el ex-marido de Julia (Tomás del Estal). Se mete en su terreno y él reacciona violentamente ante la intrusión. El policía le dice que ese hombre había sido investigado, que no se encontró nada contra él, que lo está pasando también fatal y que es él quien podría denunciarla a ella.
María se extraña ante otra niña que está jugando con el balón en el hotel, pero enseguida aparece el padre y se la lleva. De vuelta al camping, a María le llama la atención un perro que sale de una furgoneta. Se sube para buscar entre la basura que lleva en la parte de atrás, y la conductora no la ve cuando el perro empieza a ladrarle. Llegan hasta la misma autocaravana.
La conductora sólo habla alemán, con lo que no se dan comunicado cuando se ven cara a cara. El perro es esta vez más agresivo contra María. Ésta vaga desorientada por entre las rocas y el bosque. Se pone delante de un jeep y sale corriendo. Se cae, se desmaya, y tiene un exraño sueño con agua, fuego, animales... El hombre que conduce el jeep la lleva hasta un hospital. El policía le pregunta quién la ha traído hasta allí. María le describe a la mujer alemana, diciéndole que le parecía un poco extraña.
El gerente del motel le muestra varias fotos. En una de ellas aparece Tania (Mar Sodupe), una antigua maestra que sí sabe hablar castellano, pero que hace años que ha dejado su trabajo porque está completamente loca. María va a verla. Ya es de noche, y ella intenta mirar por los ventanucos de la autocarabana. Al final logra entrar. La comida está haciéndose al fuego y no hay nadie. Abre una puerta con pasador y encuentra a su hijo.
Tania reaparece y se pone entre ellos y la puerta. Diego dice que está enfermo. Tania intenta hablar a Diego cariñosamente. María y Tania se pelean. Tania ciega a María con un aerosol. En la pelea, se crea un pequeño fuego. Tania le clava unas tijeras a María. La pelea sigue hasta que María gana.
María se lleva a Diego en el coche, pero se queda sin gasolina. Se queda tirada con Diego durmiendo en el asiento de atrás. La pareja de Tania se para y se ofrece a llenarle de gasolina el depósito, lo justo para que dé llegado el hotel. Él le pregunta constantemente si todo va bien. Llega aviso de que hay humo en la playa. Él encuentra rara a María pero la deja irse.
María se va al ferry, no sabiendo ya de quién fiarse. El capitán del barco (Juan Lobo) es el mismo. María propone a Diego un juego: esconderse en un camión sin que nadie los vea. María mete a Diego en una taquilla que irá en la bodega. El policía llega buscándola. María sube al ferry. En la zona de pasajeros, cojeando, baja a la zona de carga. Abre la taquilla y Diego no está.
Diego se salió de la taquilla, se sentó y afirma que no le gusta ese juego. María lo sienta a su lado en la zona de pasajeros. María sigue sangrando mucho y acaba durmiéndose. Cuando despierta, Diego ha vuelvo a desaparecer. Una azafata recoge a Mateo en el colo y mira a María acusadoramente.
María sale corriendo mientras la policía va detrás de ella. María recuerda cosas suyas al lado de Diego, que en realidad es el hijo de Julia, Mateo. Parece que el hijo de María sí fue el que estaba en la morgue que María no quiso reconocer aunque sí lo era. María salta por la borda.
Ella es salvada aún con vida. Julia la ve. Julia está abrazada a Mateo.
Laura visita a María en el hospital.
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